Un día, teniendo una de esas pláticas cotidianas sobre quejarse de la economía y el futuro, un conocido me confesó desesperado.

—Mi negocio no está funcionando —me dijo.

Le pregunté qué vendía. Me dio una respuesta tan larga y enredada que para cuando terminó ya no me acordaba de cómo empezó.

—¿Pero qué haces exactamente? —insistí.

Se quedó en silencio.

Ese era el problema.

Trató de justificarse diciendo que no le entendí porque que yo no conocía la terminología técnica de sus servicios, pero él no entendía que ese era el problema.

Cuando no puedes explicar qué eres, qué haces y por qué la gente debería elegirte, lo único que logras es que tus clientes se vayan con la competencia. Porque la gente no tiene tiempo para descifrar negocios confusos.

Así que le ayudé a definir la esencia de su marca.

¿Qué pasó?

En meses, pudo cerrar más ventas y sus ingresos aumentaron.

No porque hiciera cambios en su producto. Sino porque, por primera vez, la gente entendió exactamente qué podía esperar de su marca.

Si a ti te pasa lo mismo, si sientes que tu negocio no termina de conectar con los clientes, entonces escucha esto:

Tu marca necesita identidad, no humo

Muchos emprendedores creen que el branding es solo un logo bonito y una página web con frases inspiradoras.

No.

La esencia de tu marca no está en el diseño, sino en lo que representa.

Cuando la gente escuche el nombre de tu negocio, tiene que quedarle claro qué problema resuelves, cómo lo resuelves y por qué deberían confiar en ti.

Si tu mensaje es genérico y vacío (“ofrecemos soluciones innovadoras y personalizadas”), la gente pasará de largo.

Si tu tagline (el texto debajo de tu logotipo) lo puede usar otra marca que se dedica a hacer otra cosa, tienes un problema.

Pero si defines bien quién eres y lo que haces, la historia cambia.

Descubre la esencia de tu marca épica (antes de que tu negocio muera)

Hazte estas preguntas:

1. ¿Quién eres realmente? (No me digas lo que vendes. Dime qué te hace diferente).

2. ¿A quién ayudas? (Si tu respuesta es “a todo el mundo”, ya perdiste).

3. ¿Cómo mejoras la vida de tus clientes? (No me hables de características. Dime qué ganan ellos contigo).

4. ¿Por qué deberían creerte? (Si no tienes pruebas, nadie te tomará en serio).

5. ¿Cuál es tu personalidad? (Formal, divertida, rebelde… lo que sea, pero algo).

Si no puedes responder con claridad, tu marca es un fantasma que no llegará al olimpo de las marcas épicas. Y los clientes no compran fantasmas.

Conclusión: Define quién eres o nadie te tomará en serio. ¡Tienes que ser épico para tus clientes!

Si la gente no entiende qué haces en 10 segundos, estás en problemas.

Si tu mensaje es tan genérico que podría aplicar a cualquier empresa, estás en problemas.

Si no tienes claro qué te hace único, estás en problemas.

Definir la esencia de tu marca no es opcional. Es la diferencia entre un negocio que prospera y otro que se ahoga en la irrelevancia.

Así que deja de marear a tus clientes y empieza a hablar claro.

Tu marca (y tu cuenta bancaria) te lo van a agradecer.

¿Estás listo para iniciar tu travesía?